miércoles, 21 de diciembre de 2011

CAPÍTULO 9:

[ÉL]

No quería dejar de correr, pero mis piernas decían lo contrario, no querían seguir, pero no les hice caso, sentía como la libertad se apoderaba de mi cuerpo, como iba recorriendo cada poro de mi piel, como se extendía, como me pedía gritar y gritar. Por un momento pensé que ella venía tras de mi, y me giré, pero obviamente, eso solo era fruto de mi imaginación y deseo, ella me había visto, pero estaba con otro, abrazándose, fijo que pensó que estaba loco, pero eso no iba a impedir mi lucha por ella. Sí, es una locura, pero ¿Os ha pasado alguna vez que veis en alguien vuestra felicidad, y vuestras ganas de vivir? Pues bien, eso es exactamente lo que me hace sentir ella, y sí, puede que sea pronto, pero estoy seguro, seguro de que ella es la luz que me guía.

[ELLA]

Desde que le vi correr no podía dejar de pensar que le había pasado, sentí unas ganas tremendas de ir corriendo y abrazarle y contarle que hoy a mi me había pasado lo mismo, y que desde que llegué a casa no hice otra cosa que pensar en él, y que cuando le vi así sentí unas ganas locas de poder ser yo quien le consolara.

-¿En qué estas pensando?-Me preguntó Pablo.

-En nada, tenía la mente en blanco-le mentí-¿Y  tú? estas muy callado.

-Mmmm, nada yo tampoco pensaba en nada. ¿Quieres que vayamos a tomar algo?.

-Lo siento Pablo, pero me apetece más irme a casa darme una ducha y dormir, ¿Te importa?-Vi como su semblante se tornaba triste.

-No, no para nada, entiendo que quieras descansar, llorar tanto tiene que ser agotador.-sonrió

-Uf! No sabes tú cuanto.

Después de esto nos dirigimos a mi casa, aun me sorprendía de que se acordara del 
camino, hacía mucho que no venía a mi casa, al contrario que hace unos 10 años, siempre estábamos el uno en la casa del otro jugando como niños, sin mirar el reloj, llorando…llorando solo cuando llegaba la hora de irse, pero al día siguiente ya se nos olvidaba, ojalá el corazón pudiera olvidar todo tan fácil y dejar de sufrir al día siguiente.

-¿Te acuerdas cuándo fue la última vez que fui a tu casa?

Me quedé pensativa, la verdad es que no recordaba el último día exacto que estuvimos en mi casa.

-La verdad es que no…me acuerdo de todos los momentos en mi casa y en la tuya jugando en esa alfombra que simulaba una ciudad, pero del último día exacto no ¿Por?.

-¿De verdad no te acuerdas Lucía?-Su voz era seria, por un momento me asusté, ¿Por qué tenía que acordarme?.

-No Pablo no me acuerdo del último día exacto…

-No me lo puedo creer-dijo enfadado.

-¿Tienes que enfadarte?¿Qué fue eso que paso tan importante el último día para que te pongas así?-le dije con un tono de voz un poco alta, me estaba empezando a cabrear.

-Veo que para ti se quedó en un juego, y que esas palabras las olvidaste a pesar de tu promesa.

Intentaba recordar, pero no lo conseguía, ¿Qué fue eso tan importante para él que para mi paso como algo normal?

-Lo siento Pablo pero no consigo acordarme ¿Me lo quieres decir?-le dije calmando mi voz.

-Te lo diré, aunque nunca pensé que fueras a olvidarte de aquello, supongo que tú solo lo viste como un juego y que nunca has querido ver la realidad. El último día que fui a tu casa, estabas llorando, y recogiendo todas tus cosas, estabas metiendo todo lo que más te gustaba en tu mochila roja de mickey, yo te pregunte a dónde ibas, y me dijiste que no querías seguir en tu casa, que si te ibas nadie te iba a echar en falta, y yo te dije que no lo hicieras a pesar de estar seguro que no lo ibas a hacer, te retuve y te dije que a lo mejor nadie te echaba de menos pero que si tu te ibas yo me iría contigo, por que sabía que sin ti no iba a poder estar contento, que no tenía con quien jugar si no era contigo y que a pesar de que fueras la rarita de la clase yo…te quería.

Ahora ya me acordaba de todo, ese día quería irme porque mi madre no me había querido comprar la revista que nunca me compraba, pero que esta vez si la quería ya que entraba un brillo de labios y todas las de mi clase lo tenían y yo no quería ser menos, se lo expliqué todo a Pablo y la verdad es que ahora recuerdo cada palabra que me dijo, y en ese momento si que lo vi como un juego pero ahora, ahora veo que para él a pesar de ser dos niños de 10 años lo que decía lo decía de verdad y que hoy en día lo seguía pensando. No sabía que decirle si eso lo pensaba antes, lo seguía pensando ahora y si había sido tan importante para él, era por que aun lo sentía.

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